-Adelante, pase usted primero comisario.
-Gracias. Bien, entonces dice que una de las vecinas, la señora eh, veamos, lo tenía apuntado por aquí- El joven empezó a retorcer las hojas de su pequeña libreta sin encontrar ni rastro del nombre de la mujer.
-Carmen Guiral.
-Eso es. Bien, Carmen preguntó por Lucía, la propietaria de este apartamento, ya que debía haber pasado a recoger a su hija y se preguntaba si usted la había visto. Y cómo ningún vecino había visto a Lucía ni a ninguno de sus dos hijos, llamaron a la policía. ¿Alguna cosa más?
El bedel meditó unos instantes y luego negó con la cabeza. Sacó la llave de la cerradura y la guardó en uno de sus bolsillos.
-Asegúrese de no tocar nada, si ha sucedido algo necesitamos que la escena del crimen no esté contaminada.
El comisario sacó de su maletín una pequeña grabadora y comenzó su relato mientras recorría las habitaciones…
Comisario López. 23 de octubre 2006.
La mañana del 23 de Octubre, sobre las 10, el bedel del edificio número 40 de la calle Martínez Martínez denunció un posible C75. El apartamento B-13 parece aparentemente vacío. La cerradura no está forzada y la puerta estaba cerrada con llave. En el salón no hay nada fuera de lo normal. Tampoco en el comedor. La puerta de la cocina está entornada y… hemos encontrado a Lucía. Mujer de unos 40 años, se le han practicado tres incisiones con un arma blanca, posiblemente un cuchillo de cocina, de unos 4 centímetros de ancho. Las puñaladas se encuentran en el costado izquierdo, por lo que se deduce que el agresor entró por la misma puerta que nosotros. No hay ninguna huella, pero la puerta al balcón está abierta. El agresor podría haber escapado por aquí, utilizando los balcones del resto del vecindario.
-Señor, los niños tampoco han ido al colegio.
-Claro, sí, gracias Ignacio, vamos a buscarlos. Es una desgracia que ocurran estas cosas.
En el pasillo hay un par de cuadros girados. Uno de ellos es una fotografía de la víctima número uno junto con dos niños de entre 7 y 12 años en la Plaza del Sol de Madrid. El otro describe un paisaje, un bosque de hojas amarillentas en un día soleado. Cuarto de baño despejado, habitación de Lucía: la cama está desecha aun que hay sangre en la cama, la ventana está abierta, el agresor también podría haber huido por aquí, aun que es una salida más complicada y con una posible caída. Siguiente habitación, las persianas están bajadas. Aquí se encuentran los otros dos cuerpos. Los niños, de 10 y 15 años se encuentran en la cama, tapados con las sábanas. Ambos tienen un único disparo en el cráneo, entre el hueso temporal y el hueso frontal. Los disparos son de diferente calibre y los casquillos se encuentran colocados verticalmente sobre las mesillas de noche de cada uno de los niños. El rastro de la pólvora indica que los disparos fueron realizados desde el mismo lugar, entre las dos camas.